top of page
Steve Arias

Detección de pérdida auditiva en bebés es clave para favorecer su desarrollo

Luego de cuatro años del programa para detectar la pérdida auditiva en bebés en todos los hospitales y maternidades institucionales el tamizaje llega a la gran cobertura de 93.38% en el 2020 con la revisión de 50 638 recién nacidos de los 54 225 registrados.


Los resultados que determinaron algún grado de sordera en recién nacidos el año pasado es de 1,9 afectados por cada 1,000 nacidos vivos, lo cual implica un ligero descenso en relación con la incidencia detectada en el 2019, que fue de 2.3 por cada 1,000 nacidos vivos.


El Programa de la Caja avanzó rápidamente y con éxito, pues el alcance y el hallazgo de problemas de sordera en recién nacidos son similares a los resultados reportados por países más desarrollados del mundo, donde consignan un tamizaje cercano al 94%, con resultados igualmente similares de enfermedad, con 1.9 bebés por cada mil niños nacidos vivos.

Para el director de Desarrollo de Servicios de Salud de la Caja Dr. Mario Mora Ulloa esta capacidad para la detección temprana y atención oportuna revelan la consolidación del “Programa de tamizaje auditivo neonatal” gracias al invaluable aporte de todos los funcionarios, quienes realizan esta tarea aún en situaciones complejas como la vivida por la emergencia nacional por covid-19.

“Este es un resultado realmente maravilloso para nuestro país y una evidencia de la alta calidad de las intervenciones de la Caja en el cuidado de los recién nacidos” indica Adelaida Mata Solano coordinadora del programa institucional.


Escuchar es fundamental para el desarrollo


La detección temprana busca encontrar a bebés con deficiencias en el sistema auditivo y que en consecuencia pueden generar dificultades en el procesamiento central de estímulos al cerebro, lo cual representa un riesgo de escaso desarrollo de pensamiento por las barreras para la comunicación hablada.


Esto es importante porque el desarrollo del lenguaje, del pensamiento, de la amplitud de la mente y de las habilidades sociales del ser humano dependen de la correcta percepción auditiva de los sonidos ambientales y específicamente de los sonidos de la palabra hablada.

Según la literatura médica el nervio auditivo central inicia su desarrollo hacia el quinto mes de edad gestacional y culmina su maduración hacia los 18 meses de edad. Es por esto que la estimulación auditiva del bebé favorece el desarrollo del lenguaje y en general de la comunicación.


El punto clave es saber que, como el niño y la niña finalizan el período crítico de aprendizaje hacia los 18 meses de edad, que es una edad en la cual aproximadamente el 80% de los patrones del lenguaje se han establecido, por tanto, una pérdida auditiva, por leve que sea, más adelante se manifestará en alteraciones del lenguaje, de pensamiento y de las capacidades mentales y emocionales necesarias para la integración social.


En cambio, si esta deficiencia es detectada y tratada a tiempo, sus consecuencias podrán ser evitadas en unos casos o minimizadas en otros. De ahí la importancia del diagnóstico temprano de los problemas auditivos, pues eso equivale a darle a los infantes la posibilidad de un desarrollo del habla y de la comunicación más favorables, evitando así consecuencias irreversibles en su desarrollo integral.


Según las estadísticas internacionales el 98% de los niños que nacen sordos o pierden la audición a temprana edad pueden luego vivir con grandes limitaciones económicas, dados los problemas asociados a su condición y las dificultades que enfrentan para alcanzar el pleno desarrollo de sus talentos.


Implementación con gran éxito


En cumplimiento de la Ley Nº 9142, que indica la obligatoriedad de aplicación de dicho tamizaje, la Caja dispone de la normativa técnica institucional que fundamenta y orienta el proceso de implementación del examen para la detección de problemas en todas sus dimensiones operativas: los criterios de aplicación, la interconsulta y referencia; las actividades sustantivas de identificación, la aplicación, el registro de los resultados y el seguimiento de los casos.


La tecnología necesaria para los exámenes y la preparación profesional son las herramientas para realizar con éxito los programas de tamizaje que garanticen un alto nivel de sensibilidad y especificidad en el proceso y por eso, bajo la normativa institucional, se ha fortalecido el programa con equipos y capacitación constantes para alcanzar las metas obtenidas en tiempo récord.


Al principio se realizó una compra nacional de equipos especializados para ser entregados a cada maternidad o centro de nacimiento. Junto a la tecnología se contó con personal comprometido y capacitado para la aplicación de la intervención en todos los centros hospitalarios institucionales. La primera experiencia exitosa de este sistema estuvo activa en el hospital de las Mujeres, con gran éxito.


Además, para asegurar la continuidad del procedimiento, el año pasado se compraron cuatro equipos de medición de capacidad auditiva que fueron dispuestos como respaldo para sustituir alguno que falle cuando se usa y así asegurar la continuidad del servicio mientras se corrige la avería.


En ese contexto de alto profesionalismo y extremo cuidado de las contingencias los resultados demuestran gran capacidad de detección y seguimiento. De los 50 638 recién nacidos tamizados 292 no pasaron los criterios del segundo tamizaje auditivo y fueron referidos a los centros de diagnóstico para estudios más especializados y descartar una alteración auditiva.


Sin embargo, también se registraron dificultades. De los 292 infantes referidos para estudios especiales en el hospital México o el hospital Nacional de Niños solo se presentaron para ser valorados 265 recién nacidos, de los cuales 166 tienen audición normal y, lamentablemente, cuatro bebés fallecieron antes de poder tener el diagnóstico auditivo.


Esto deja a un grupo de 95 bebés quienes presentaron algún grado de pérdida auditiva y se encuentran en seguimiento y control en el hospital México y hospital de Niños. La gran mayoría de ellos ya cuenta con prótesis auditivas para la estimulación temprana de su sistema auditivo, lo que produce un impacto favorable en el desarrollo de su lenguaje hablado.


Según el coordinador del Programa Dr. Eladio Valverde Villalobos el desglose de los casos de algún grado de pérdida auditiva en la escala auditiva de decibeles es la siguiente, tomando en cuenta que el habla normal es de 70 decibeles y la descarga de un inodoro es de 75 decibeles.

  • De los 95 recién nacidos que presentaron algún grado de pérdida auditiva, 48 tenían una afección en el sistema de conducción del sonido por alteración del conducto auditivo o el oído medio. Los otros 47 bebés tenían una afección auditiva localizada en la cóclea (oído interno).

  • El 70.5% de estos infantes requieren de estimulación temprana con prótesis auditivas, por tener una pérdida auditiva de 40 decibeles o mayor, para no provocar un impacto negativo en el desarrollo del lenguaje hablado.

  • 30 bebés tienen una pérdida de más de 70 decibeles que requieren una intervención mayor y muchos de estos van a requerir un implante coclear para reponer esa pérdida coclear y lograr una estimulación auditiva cerebral adecuada.

En este proceso la Caja aumentó la cantidad de entregas de audífonos para niños en sus primeros años de vida, lo cual nos asegura la intervención oportuna de la situación de desarrollo de esta población.


Imagen con fines ilustrativos.

7 visualizaciones

Comments


bottom of page