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Steve Arias

“Yo solo me detuve y esperé a que el camión nos embistiera y nos matara”

Actualizado: 19 dic 2022

Pérez Zeledón. Siempre evita pasar el Cerro de la Muerte de noche, pese a conocerlo muy bien, pero este 10 de enero, Tatiana tuvo que empezar a subir a las 6 de la tarde; media hora después casi pierde la vida, junto a su familia, por una imprudencia de un conductor de un camión, que venía rebasando en doble línea amarilla continua.


Pese al señalamiento vial y a la oscuridad, indica esta persona que prefiere solo dar su nombre, poco después del sector conocido como El Jardín, rumbo a San José, observó un camión que venía en su carril directo a ella, el vehículo que venía adelante se tiró a la cuneta, con el riesgo de caer al guindo, para evitar el choque, ella solo esperó el impacto y la muerte, pues ya no había mucho qué hacer, detalló. Afortunadamente, otro camión bajó la velocidad y apenas le permitió, a quien cataloga como un potencial asesino al volante, que retomara su carril.


Esta es una de varias historias, con final feliz que algunas personas logran contar, casi “de milagro”, tantas como las imprudencias que muchas personas ven a diario en carretera, más allá de usar el celular al volante o llevar niños sin dispositivos de retención. Al 18 de enero, el 2022 ya suma 34 muertos en carretera.


“Lamentablemente, las personas utilizan el vehículo y las carreteras como medios para liberar frustraciones, vienen pensando en sus problemas, distraídos, vienen con molestia por algo que les pasó en el trabajo, o en la casa y pierden toda noción de prudencia. Con el inicio de las vacaciones escolares es un hecho de que tendremos más tránsito hacia las costas y zonas rurales, y en esa línea tendremos más personas tratando de llegar a sus destinos en tiempos récord y es ahí donde está el problema, en el abuso de la velocidad y en el cansancio, que potencian maniobras indebidas y pérdida de capacidad de reacción,” acotó Alberto Barquero Espinoza, sub director de la Policía de Tránsito.


“Como estos testimonios hay decenas, cientos; el problema es que no se puede iniciar un proceso de cambio de esas conductas si las personas no aceptan que comenten imprudencias; la más habitual es usar el celular mientras conducen, por ejemplo. Cuando tenemos un incremento del 67% en el número de personas que mueren por alcohol al volante, eso no tiene que ver con carreteras, tiene que ver con decisiones personales como conductores. Cuando tenemos un 22% de incremento de casos de alcohol al volante detectados del 2020 al 2021, eso tiene que ver con el conductor, no con un señalamiento vial”, acotó Barquero.


Pese a que la Policía de Tránsito comprende que los riesgos podrían aumentar en rutas para salir del centro del país, hacia zonas de recreo en las próximas semanas, por el receso académico, también son de todos los días los casos en las ciudades, como el motociclista contravía, el conductor que no respeta la luz roja del semáforo, el peatón que cruza la calle arriesgando su vida, teniendo un puente peatonal a 50 metros, o el pasajero que “se tira” del taxi o del bus en movimiento o se baja sin que este automotor se orille adecuadamente.


“La gente anda desesperada, pita, corre, hay motos que pasan entre camiones. El viernes, hacia Alajuela, una moto pasó entre un camión y los carros que teníamos al frente; por las corrientes de aire, la moto se le movió horrible, casi pierde el control, a la par de las llantas del camión”, cuenta con estupor Georgina Grillo, mientras Tatiana solo le pide a aquel conductor que ojalá la experiencia vivida el lunes 10 de enero, a eso de las 6:30 pm, cerca de El Jardín, en la Interamericana Sur, le sirva para reflexionar y cambiar su conducta al volante.






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